El régimen había comenzado una apertura económica que no se plasmaba en lo político. Se respiraba más ansia de libertad pero los libios contaban con el soporte económico estatal. El discurso reformista del hijo de Gadafi constrastaba con los comisarios políticos. El este ya se percibía como un foco de la oposición. Gadafi es muy capaz de morir como un mártir porque no tiene nada que perder.