En 2002, más de 300.000 personas lo dejaron todo para realizar un trabajo duro e ingrato. Recoger con sus propias manos los vertidos tóxicos que llegaron al litoral gallego por causa del hundimiento del buque petrolero Prestige.
En 2002, más de 300.000 personas lo dejaron todo para realizar un trabajo duro e ingrato. Recoger con sus propias manos los vertidos tóxicos que llegaron al litoral gallego por causa del hundimiento del buque petrolero Prestige.