En los años 50, Werner Herzog compartía piso con Klaus Kinski, un diabólico ególatra. Kinski padecía repentinos e injustificables arrebatos de ira o locura, durante los cuales podía llegar a destrozar el mobiliario del apartamento. La terrible personalidad de Klaus fascinó a Werner y entre ambos nació una estrecha amistad de frecuentes brotes de violencia. Werner rememora su relación de amor/odio con Kinski mientras visita varias de las locaciones donde se filmaron los 5 filmes en los que colaboraron.
Año: 1999.