Marinella Correggia decidió un día que permanecería en el lado de aquellos que reciben las bombas. Se considera una liliputiense que intenta detener al gigante que organiza los conflictos, al tiranosaurio que mata a los países que apoyan el terrorismo. Y no está sola, junto a ella mucha gente empieza a despertar y a denunciar que la OTAN crea las guerras, causa destrucción y empobrecimiento, y nunca responde por el daño que hace.