La comida es el negocio del futuro. En España es la primera industria manufacturera y también en la Unión Europea con unos ingresos de un billón de euros. La mayor parte de las compras se realizan en grandes superficies que obtienen ingentes beneficios con la globalización de la dieta. Solo en España este tipo de locales pasaron de 2.500 en 2002 a 17.000 en 2012.
Desde el campo, hasta su distribución y venta está controlado por pocas manos que monopolizan todo el sector. En España la mitad de la distribución está en manos de tres empresas, Mercadona, Dia y Carrefour. Empresas que cuentan con lobbies de gran influencia en la Unión Europea.
El intermediario es quien sin casi asumir riesgos obtiene un margen de beneficio que en ocasiones supera el 450% según la Coordinadora Estatal de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en España. Un ejemplo, según los datos oficiales del Observatorio de Precios del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino, si una docena de sardinas cuesta en origen 80 céntimos, en la mayoría de los casos llega a las lonjas por encima de 3,50 euros.
Pero no sólo eso. Hay una enorme falta de transparencia y sostenibilidad climática por parte de las grandes empresas alimenticias. Porque esa es la otra base del problema, el uso y abuso de sustancias químicas para el mantenimiento y duración de los productos así como de semillas transgénicas de las que se desconocen sus efectos secundarios.
Punto de Mira analiza qué comemos, de dónde viene esa comida y quien maneja los hilos de un sector clave en la humanidad que provoca altos índices de obesidad en los países desarrollados y permite que los estados más pobres sufran hambrunas.
https://www.youtube.com/watch?v=zVnxj5cvzTM