En el parque nacional de garamba, en el Congo, un biólogo español dirige la conservación de 12.000 kilómetros cuadrados de territorio y la fauna que lo habita.El parque necesita protección con armas de fuego contra el negocio de furtivos ypor los ataques de la guerrilla ugandesa que se adentra en este territorio.La meta conseguir que el ecosistema se mantenga intacto para hacer de Garamba uno de los últimos lugares salvajes y libres de África.