El subsuelo de la poderosa capital del Imperio Romano esconde un verdadero laberinto de pasadizos secretos y cámaras ocultas. Se trata de los antiguos cementerios subterráneos utilizados durante algún tiempo por las comunidades cristianas y hebreas en la Antigua Roma. En el siglo II las catacumbas fueron sólo un lugar de sepultura, pero más adelante los cristianos se reunieron en ellas para celebrar los ritos funerarios y el culto de sus difuntos. Y durante las persecuciones cristianas fueron el mejor refugio y un centro de peregrinación. En el documental veremos cómo se construyeron y utilizaron estos santuarios religiosos de la antigüedad.