La Biblia no parece dejar lugar a dudas: Poncio Pilatos, el gobernador romano, cedió a las exigencias del pueblo, y de mala gana entregó a Jesús para que lo crucificasen. ¿Podemos creer los hechos que narran los evangelios? ¿Su retrato de un Pilatos de voluntad débil encaja con un análisis histórico?