En Shaba la vida se pone a prueba con los rigores más duros en una lucha de la que resultan una biodiversidad exclusiva y las manifestaciones más hermosas de la naturaleza; como si la extrema dureza del medio fuera la causante de tanta riqueza; como si la escasez fuera, en el fondo, la fuerza impulsora para el desarrollo de la vida.
Desde hace tres años en Shaba gobiernan el viento, el sol y el polvo. Durante tres largos años el agua ha esquivado esta región a la que los nativos llaman Nyica, la región salvaje y solitaria, y cada día que pasa la sequía se cobra más y más víctimas.