Desde el fin del apartheid en 1994, Sudáfrica nunca había estado tan lejos de la sociedad multiétnica como hoy.
Grupos extremistas envenenan la convivencia azuzando el odio racial a la búsqueda de réditos políticos a corto plazo. Sudáfrica está entrando en una nueva era. Con la muerte de Winnie Madikizela-Mandela en abril, desapareció una de las pocas personalidades que quedaban con vida de la lucha contra la segregación racial. Otro de aquellos líderes, Jacob Zuma dimitió en febrero como presidente del país. Él y sus allegados están acusados de enriquecerse ilícitamente durante años. Jóvenes políticos que ya no quieren esperar más a la redistribución de la riqueza, proponen medidas radicales, como la incautación de las tierras a los propietarios blancos sin indemnización. Una medida que Cyril Ramaphosa, el nuevo presidente, no ha descartado. Al mismo tiempo, desea organizar más profesionalmente la gestión política. Sudafricanos negros y blancos creen, sin embargo, que, desde que terminó el apartheid, las relaciones entre las diferentes comunidades del país nunca habían sido tan malas. Solo bajo Nelson Mandela, quien el 18 de julio cumpliría 100 años, hubo un conato de verdadera sociedad multiétnica. El reportaje describe la situación de un país que fue en 1994 la esperanza de todo un continente, pero ahora amenaza con irse a pique debido a sus conflictos y contradicciones internas.
https://www.youtube.com/watch?v=S1erzH34eJQ
Duración: 28:25