Los alpinistas consiguen instalar el tercer campamento, pero las condiciones climáticas empeoran. Después de un largo mes de espera logran instalar el campo IV a 7.900 m de altura y, desde allí, los alpinistas Jose Carlos Collado, Juanjo San Sebastián y el sherpa Temba se deciden a lanzar el ataque definitivo a la cumbre del Everest, pero el sherpa abandona a los alpinistas, que no consiguen coronar y regresan al límite de sus fuerzas y con graves congelaciones al campamento base al pie del Monte Everest.