El acaparamiento de tierras ya no es un fenómeno exclusivo de África o América Latina: cada vez afecta más a los pequeños agricultores del Este de Europa.
En Rumania, por ejemplo, grandes inversionistas extranjeros están adquiriendo superficies cada vez mayores. El reportaje muestra a las víctimas y a los especuladores de esta fiebre de compra. Desde 2014, cuando se liberalizó la compra y venta de terrenos agrícolas, los pastizales y el suelo fértil de Rumania han cobrado gran atractivo para los inversores extranjeros. Todos están involucrados: luxemburgueses, holandeses, alemanes, e incluso saudíes. En el momento de la compra, se benefician de los elevados subsidios a la agricultura de la UE, una especie de venta a gran escala por liquidación de tierras. Para los lugareños ya no vale la pena cultivar sus propios campos, por lo que se ven obligados a vender. Sin embargo, no es raro que los terrenos adquiridos no se destinen a la agricultura. Aunque los pastizales y las superficies cultivables se compran como tales, siguen sin sembrarse o pasan a ser propiedad privada. Las víctimas de este proceso son los campesinos rumanos. Los monocultivos acaban con la biodiversidad. Los productos agrícolas baratos de las empresas extranjeras destruyen el mercado nacional. A una generación entera de agricultores rumanos le están quitando el suelo bajo sus pies.
Duración: 25:55